de privilegio en función de los recursos económicos de los mismos, a la
designación directa de instituciones políticas y, posteriormente, al actual
procedimiento democrático, con participación de todos los médicos colegiados.
Puso de manifiesto que la relación de los médicos con sus colegios es compleja,
derivada para algunos de la obligatoriedad de la colegiación y de la “miscelánea”
del ejercicio profesional que genera “alabanzas y decepciones” ante “justas
reivindicaciones con conflicto de intereses”.
Resaltó que las relaciones de los colegiados con las corporaciones médicas se
deben de desarrollar en un marco de derechos y deberes, en el que se debe
priorizar los intereses del paciente y la defensa de la asistencia universal,
equitativa y de calidad. En este sentido, señaló que la intervención de los
colegios de médicos en la organización sanitaria “no es una intromisión sino un
derecho y un deber en bien de la asistencia sanitaria”.
Por otra parte, expuso que el colegio tiene el deber de defender la dignidad y
categoría profesional del médico para que realice su actividad en un ámbito
adecuado, con medios materiales y tiempo suficientes y con libertad de
prescripción. Debe también mantener la actualización de conocimientos con los
oportunos cursos de Formación Médica Continuada, dar soporte a las
sociedades científicas y crear ayudas y becas para el perfeccionamiento
profesional, especialmente para los más jóvenes.
Finalmente, el Dr. Arroyo consideró que el colegiado tiene que ver en su colegio
algo más que una institución con función burocrática a la que hay que pertenecer
porque así lo exige la ley, o una institución moralizante garante del buen
ejercicio profesional. “Tiene que verlo –afirmó- como un magnífico instrumento
que le proporcionará ayuda necesaria para mejorar en todo momento su vida
profesional que, inevitablemente, va unida a necesidades de la vida diaria”, todo
ello, en una relación de lealtad y respeto mutuo.
En el posterior coloquio, se suscitaron varias cuestiones, entre ellas, una
propuesta del presidente de la Comisión Central de Deontología, Dr.
Enrique Villanueva, de actualizar la doctrina de la OMC sobre las “fronteras
internas de la medicina”. La imagen de “desafección” de los médicos hacia sus
colegios fue otras de los temas del coloquio. En este sentido, el vicepresidente
de la OMC, Dr. Serafín Romero, independientemente de que se mostró partidario
de analizar el porqué de esa imagen, argumentó en contra de la desafección
con dados concretos: 400 médicos participan en las comisiones deontológicas
de los 52 colegios que hay en España; 800 profesionales forman parte de sus
juntas directivas; 3.800 médicos enfermos han sido tratados en el PAIME y
68.000 profesionales han realizado su Formación Médica Continuada a través
de cursos ofrecidos por los colegios.