La reconstrucción sanitaria y profesional tras la pandemia pasa por mejorar la calidad del empleo médico y fomentar la formación y la prevención en salud
La segunda mesa del primer seminario de la Escuela de la Profesión Médica abordó la reconstrucción material y moral de la profesión médica, un foro en el que se puso el acento la necesidad de poner en marcha una reconstrucción profesional, donde los médicos tengan un papel determinante con el objetivo de activar los lazos de apoyo mutuo y de exigencias a las instituciones para que den respuesta al daño material y moral causado en la profesión médica, y ayuden a honrar la deuda contraída por la sociedad con sus sanitarios tras este año y medio de pandemia. Entre las principales conclusiones se puso de manifiesto la necesidad de mejorar la calidad del empleo, el fomento de la formación en diferentes ámbitos y promover la prevención en salud
Santander medicosypacientes.com/ Álvaro G. Torres
En la mesa moderada por el Dr. Enrique Guilabert, tesorero del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), participaron el Dr. José Ramón Repullo, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad; Dr. Manuel Martínez Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid; Benjamín Abarca, secretario general de FACME, Dr. Rafael Tejido, director gerente del Hospital Marqués de Valdecilla; Raquel Murillo, directora general adjunta de A.M.A. y la Dra. Rosa Arroyo, vicesecretaria del CGCOM.
La temporalidad y precariedad, como componente de la mala calidad del empleo médico, fue expuesta por el Dr. José Ramón Repullo como uno de los factores determinantes. Puso en relieve que según los estudios se constata un mínimo de un 30% de temporalidad, un problema grave que no es igual en todas las Comunidades Autónomas pero que supone un enorme desgaste y daño tanto para los pacientes, como para los sistemas y los profesionales. Entre esos aspectos negativos destacó que la temporalidad dificulta la relación médico-paciente, erosiona la vocación de los médicos, genera problemas internos para las organizaciones y daña la colaboración profesional, entre otros. Por ello, resaltó que este compromiso para reducir la temporalidad es parte de la solución para cancelar la deuda moral contraída por el SNS con la profesión médica, así como una medida eficaz para la propia sostenibilidad de este.
Por su parte el Dr. Manuel Martínez Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid explicó el daño que la COVID-19 ha producido en los médicos, en cuanto los sanitarios han sido víctimas directas de la pandemia por su trabajo, y por las condiciones de desprotección en la que tuvieron que trabajar en la primera ola.
Martínez-Sellés puso el acento en las enormes repercusiones a nivel de salud mental y resaltó la alta prevalencia de la ansiedad, la depresión o la alteración del sueño, tanto en población general como en sanitarios. Respecto a este colectivo explicó que hay una mayor prevalencia en perfiles de mujeres, en los más jóvenes y en los profesionales de primera línea.
El Dr. Benjamín Abarca, secretario de FACME, expuso cómo el conjunto de especialidades ha reaccionado para dar respuesta a la pandemia y cómo pueden aportar su conocimiento y compromiso a remontar los problemas acumulados. En esa línea explicó que la pandemia ha puesto de manifiesto muchos problemas de nuestra sanidad. Ahondó en el impacto en las enfermedades crónicas y la salud mental “con muchas personas aún sin diagnosticar, una situación que es todo un reto para los próximos meses y años” – y añadió que - “ahora mismo las unidades de salud mental infanto-juvenil están saturadas y colapsadas, hay que poder responder a esto” – aseguró.
Incidió también en el reto de la COVID persistente con más de medio millón de personas que podrían sufrir otros efectos de la Covid a largo plazo. “Alrededor de un 2% de los pacientes que han ingresado van a tener problemas y esto exige dar respuestas a lo que se suma el enorme desafío para recuperar a los pacientes “desaparecidos” que no han acudido a los servicios sanitarios a causa de la pandemia” - aseveró.
Los hospitales, centros de salud, servicios de urgencia yo otros servicios sanitarios tuvieron una sorprendente y meritoria capacidad de reacción para adaptar sus servicios ante el desbordamiento de la pandemia; gestionaron una crisis con excepcional rapidez y adaptabilidad. Así lo expuso Rafael Tejido, director gerente del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla quién desgranó las claves de esta respuesta, y en qué medida la experiencia puede fortalecer el papel de los equipos profesionales en la gestión y gobierno de los centros y servicios sanitarios. Destacó el papel de los profesionales y jefes de servicio de su hospital a la hora de crear recursos y plantear iniciativas que fueron clave a la hora de dar solución a los problemas que se plantearon, así como ofrecer una comunicación directa y seria a la ciudadanía.
La crisis sanitaria alteró todo, incluido los marcos regulatorios y los procesos de gestión sanitaria y de organización y prestación de la asistencia clínica; un gran abanico de nuevos problemas de responsabilidad civil y profesional que Raquel Murillo, directora general adjunta de la agrupación Mutual AMA, analizó desde la perspectiva legal. Murillo planteó algunos de los grandes retos jurídicos a los que hay que hacer frente entre los que destacó la necesidad de mejorar y recuperar la relación médico-paciente que se ha visto deteriorada, fomentar y regular la Telemedicina que requiere mayor seguridad jurídica, y la formación como elemento imprescindible para la protección legal y para la prevención.
Otro aspecto muy relevante de estos cambios ha sido la eclosión de la asistencia no presencial a través de distintos instrumentos de teleconsulta o telemedicina; la Dra. Rosa Arroyo abordó estos cambios desde la perspectiva de la relación Médico-Paciente, explorando en qué medida esta relación puede reforzarse o debilitarse, y qué cabe hacer para que la mayor accesibilidad no traiga consigo mayor distanciamiento interpersonal.
A esto respecto, la vicesecretaria del CGCOM aseguró que la Telemedicina es una herramienta necesaria para proteger la salud global y mejorar la eficiencia del sistema, pero debe cumplir las mismas condiciones de buena praxis profesional q la atención presencial. “Desde el CGCOM y los colegios de médicos debemos preservar la esencia de la relación médico-paciente, y desarrollar todos los medios a nuestro alcance que afiancen y fortalezcan la confianza en la relación, promover la creación de normas éticas, de práctica, legislación nacional y acuerdos internacionales sobre asuntos relacionados con el uso de la telemedicina, presionando por una telemedicina ética en beneficio del paciente.
Finalmente manifestó que la salud se ha colocado en el centro de la vida social y todos somos responsables de implementar un modelo de atención que mejore las condiciones también de los profesionales, y, en tanto que así sea, se podrá proporcionar a los pacientes una mayor calidad y seguridad; con el concurso necesario y alineado de las administraciones y políticas sanitarias.