Enfermar es humano

ENFERMAR ES HUMANO: CUANDO EL PACIENTE ES EL MÉDICO Cátedra de Profesionalismo y Ética Médica. Universidad de Zaragoza • Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA)-IIS Aragón 26 un paciente convencional por el hecho de ser médico. En el análisis, este fenómeno se ha denominado “efecto de clase” y se refiere a que otros profesionales sanitarios pueden estar condicionados por la imagen o el comportamiento de la clase médica (en este caso por comportamientos considerados negativos) y pueden actuar en consecuencia cuando tienen delante a un médico paciente. “Las enfermeras quizás te trataban con un nivel peor que al resto de los pacientes, como si fuera un hándicap el “ah, ¿eres médico? Ah, mira, pues ahora vas a sentir lo que siente el que está en la camilla” (11-004: 14 - 14) Trato recibido en las distintas etapas (diagnóstico, tratamiento y seguimiento): Durante el proceso diagnóstico y en los inicios del tratamiento, prácticamente todos se presentan como médicos ante quien los atiende o llevan distintivos que hacen que quien les atiende los identifique (bata, tarjeta identificativa del hospital…) con el objetivo de obtener las ventajas que entienden que esto les proporciona. Sin embargo, durante el seguimiento es mucho más frecuente que utilicen el circuito habitual y no busquen ser identificados como médicos, deseando conscientemente ser atendidos como un paciente “normal”, lo que durante el análisis cualitativo se ha categorizado como rechazo del trato preferente. En algunos residentes este deseo parte de su propia experiencia cuando son médicos atendiendo a colegas. “Yo voy y espero como cualquier “cincuenta barra”, o sea, me voy y me siento y espero. Yo cuando llego cuando tengo mis citas, entrego la hoja y no digo “soy médico” ni voy con la batita blanca […] Como yo hago consulta, sé lo que es que te quieran venir a meter a alguien adelantando y sabiendo que tienes pacientes que están esperando, que estaban antes” (11-004: 18 - 18) “Hay mucha gente que va al hospital siendo compañero y se pone la bata. A mí no me gusta eso, porque no me gusta que lo hagan cuando estoy en el otro lado” (11-003: 22 - 22) “Lo quise vivir a propósito […] a pesar de que me lo ofrecían yo dije no… el médico de cabecera incluso “¿quieres que llame al jefe de tal…?” y yo “no, hombre, dale tiempo…” (11-007: 88 - 88) A pesar de que la gran mayoría admiten haberse visto beneficiados en algún momento por ese trato preferente, varios de los entrevistados cuestionan que éticamente sea correcto, por el perjuicio que puede generarse sobre otros pacientes. “Hay gente que se aprovecha mucho de eso, pero yo creo que deberíamos respetar a todos los pacientes, para eso somos médicos, y aunque nosotros también seamos pacientes y pensemos que lo nuestro es lo más importante, a lo mejor no es tan importante y hay gente más grave que tú que está esperando…” (11-008: 146 - 146) “Cuando llega pues a lo mejor le quitan un poquito el tiempo de espera, que tampoco me parece que sea algo muy ético, o sea… pero no tienen por qué hacer toda una logística porque viene un familiar de alguien que sea del hospital” (11-007: 148 - 148) Los dos únicos residentes que rechazan el trato preferente desde el inicio e intentan seguir en todo momento el circuito normal son las dos MIR con discapacidad, cuyos problemas de salud dieron comienzo años antes y, por tanto, han recibido atención sanitaria antes de empezar a ejercer como médicos. “Bajé, esperé mi turno, no dije nada y cuando entré, la… La técnica de la unidad me preguntó “pero… ¿Pero tú eres la de la casa? [se entrecorta] Esta frase tan famosa de ser “de la casa”, de la casa como si fuese… “¿Y por qué no has…?”, mira, prefiero… Quiero decir, también es un aprendizaje que tienen los pacientes, estar aquí… Como los demás […] Seguir los circuitos normales porque es mejor para mí y más solidario…” (11010: 86 - 86) También cuando son ellos quienes actúan como “médicos de médicos”, explican que suelen dar ese trato preferente, adaptando el horario de las citas, dedicando más tiempo… Alguno comenta que puede sentirse incómodo cuando el médico-paciente solicita saltarse las vías de atención convencionales. “Al conocerse el propio médico que es paciente que las cosas se pueden hacer muy mal, y no por el circuito normal, no es poca la probabilidad de que te pida hacer el circuito como no corresponde, y entonces entras en una situación éticamente muy polémica. Y yo diría que muchas, muchas veces terminas haciéndolo mal, yo diría que sí. Cuando te lo pide el médico-paciente” (11-001: 68 - 68) Centro sanitario donde recibe la atención: El lugar donde el MIR-paciente es diagnosticado y/o tratado aporta matices relevantes a la hora de analizar el proceso de enfermedad. En dependencia de esta cuestión, podemos distinguir dos grandes grupos: los residentes atendidos en el mismo hospital donde realizan la residencia y los atendidos en otros centros sanitarios. La diferencia fundamental entre ambos grupos es el grado de conocimiento personal existente entre el entonces paciente y los médicos que le atienden. También juega un papel en la ecuación el tamaño del hospital.

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