Tenemos la obligación de articular una fundamentación moral, ética, filosófica sobre el CI alternativa a la dominante y que se ajuste a la realidad. Hace mucho tiempo que la Medicina dejó de ser una profesión privilegiada socialmente, para convertirse en una profesión de servicio, sacrificio y vocación. Las exigencias en la actualidad son múltiples e imposibles de satisfacer en gran parte. ¿Porqué sigue siendo la profesión más demandada a pesar de todos estos obstáculos? Probablemente porque no exista ninguna satisfacción o emoción comparables al privilegio de sanar, y si no se puede sanar, cuidar, aliviar, consolar, ayudar, acompañar, tener en tu mano la posibilidad de poder mejorar la vida de los demás, en el bien más preciado que tenemos, nuestra salud. Conclusión 1. El médico residente tiene la obligación de identificarse como tal, constituyendo un derecho del paciente conocer qué residentes intervienen en su proceso asistencial. 2. Es responsabilidad de especialistas y tutores hacer compatible el derecho a la información de los pacientes con el objetivo final del MIR de conseguir su capacitación para el ejercicio autónomo de la profesión. 3. Nuestra recomendación final sería que una intervención quirúrgica tanto de riesgo elevado, como de riesgo medio, no sea realizada por un residente en solitario, aunque la normativa y su programa de formación no lo prohíban. Las posibilidades de prosperar en caso de demanda, con una supervisión por mínima que fuera, serían muy escasas. 122
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