Revista 47 Cgcom

En el marco del XXVI Congreso Nacional de Derecho Sanitario, el Dr. Serafín Romero defendió la necesidad de un Baremo de Daños específico para el sector sanitario que cuantifique los efectos adversos en las intervenciones médicas y sanitarias. Tras considerar que todos los sectores impli- cados –la Medicina, la Judicatura, Aseguramiento y pacientes– lo vienen demandando desde hace más de 15 años, se preguntó ¿qué o quienes lo impiden?. Organizado por la Asociación de Derecho Sanitario que preside Ricardo De Lorenzo, el encuentro tuvo lugar el pasado mes de octubre. L a cuestión fue planteada en la mesa sobre el “Proyecto de Baremo de Da- ños Sanitarios: volver a empezar. Una necesidad insoslayable” en la que participa- ron dos magistrados del Tribunal Supremo, José Carlos López Martínez y César Tolosa Tribiño; Ángel Luis Guirao García, en repre- sentación del Ministerio de Sanidad, Con- sumo y Bienestar Social, y Raquel Murillo Solís, en representación de la Agrupación Mutual Aseguradora (AMA). El Dr. Romero explicó que, en la atención médica, por su alta complejidad, se pro- ducen numerosos incidentes conocidos como “efectos adversos”, errores que se cometen por hacer “algo incorrecto” o por “no hacer lo correcto”, pero otros “son con- sustanciales a los procesos de diagnóstico, a los tratamientos, a las intervenciones de prevención y a las de rehabilitación”. Estos efectos adversos tienen un impacto muy relevante sobre la salud, la organización de los servicios sanitarios y la economía, por lo que “se trata de un problema prioritario de salud pública mundial” que ha conlleva- En su opinión, este Baremo supondría una regulación de la cuantía de las primas pa- gadas a las aseguradoras, una reducción del número de procedimientos judiciales y mayor número de acuerdos extrajudiciales y de mediación, así como una reducción de peticiones de “indemnizaciones despropor- cionadas”. Hizo una relación de las consecuencias de- rivadas de la no existencia de un Baremo de Daños Sanitarios, entre ellas, seguir desco- nociendo con la profundidad precisa la epi- demiología de los errores y procesos adver- sos sanitarios; el refuerzo de la “cultura de la culpa, miedo, frustración y desconfianza de los médicos que se ven obligados a ac- tuar protegiéndose de procesos adversos” y el fomento de una “costosa e indeseable medicina defensiva con los riesgos consi- guientes para los pacientes”. En resumen, aseguró que esta falta de Baremo “perjudica la seguridad de los pa- cientes, de los ciudadanos y la del propio SNS, incrementando innecesariamente sus costes”. Tolosa, Dr. Romero, López Martínez, Murillo, De Lorenzo y Guirao. DR. ROMERO: “Si todos los sectores implicados reclaman un Baremo de Daños Sanitarios ¿qué y quienes lo impiden?” do un aumento de las actuaciones dirigidas a mejorar la seguridad del paciente y otras consecuencias como el “auge de la medici- na defensiva”. El Dr. Romero hizo referencia a las “segun- das víctimas”, los profesionales que afron- tan consecuencias emocionales como “an- siedad, frustración y sentimientos de culpa, miedo a las consecuencias legales y a la pérdida de reputación”. También a las “ter- ceras víctimas”, organizaciones y centros sanitarios que “pueden sufrir una pérdida de prestigio y de confianza como conse- cuencia de un incidente relacionado con la seguridad del paciente”. Aludió a los derechos fundamentales de los pacientes introducidos en las últimas déca- das, así como a la interpretación del daño sanitario en el paciente perjudicado. Asegu- ró que el baremo complementario a la Ley sobre indemnizaciones por accidente de circulación es un asunto de inquietud para el CCGOM, trabajo para el Consejo Asesor de Sanidad y un “objeto de deseo” para los operadores del Derecho en estas materias. XXVI CONGRESO DERECHO SANITARIO OMC 47 | NOTICIAS OMC | encuentros | 27

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