V Convención de la Profesión Médica

V Convención de la Profesión Médica (pruebas científicas de dónde reside el mejor interés del paciente, la salud pública y el bien común). El que la Medicina siga siendo una profesión liberal no es necesariamente bueno ni malo, ni siquiera para los médicos; nos da mayor libertad (de horarios, organización y establecimiento de honorarios), pero elimina la seguridad de percibir ingresos constantes y nos transfiere individualmente a cada uno de nosotros la responsabilidad de mantenernos en la vejez o la enfermedad. Algunos médicos preferirán ese planteamiento y otros ser funcionarios. Desde el punto de vista social, eso no es lo esencial; lo determinante es que la profesión siga orientada a ser cada vez más útil a más pacientes, a optimizar la calidad de la asistencia sanitaria y a mejorar la prevención, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades. Y que lo consiga con un coste justificado y asumible. El que la evolución de la sociedad imponga que los médicos del futuro sean profesionales liberales, funcionarios o asalariados, dependerá en último término de qué fórmula permita alcanzar mejor esos objetivos. De hecho, uno de los aspectos que hace especial a nuestra profesión y le granjea el respeto social que inspira es la percepción de que un médico antepone siempre el mejor interés de su paciente a cualquier otra consideración, incluida su propia comodidad o interés personal. Sin embargo, los datos disponibles demuestran que, a veces, algunos médicos se han dejado influir voluntaria o involuntariamente por otros factores. Por ejemplo, en España, la probabilidad de que a un paciente se le prescriba una resonancia magnética lumbar innecesaria (es decir, que en su caso concreto no sirve para establecer el diagnóstico, mejorar el tratamiento ni determinar el pronóstico), una vez descontado el efecto de los demás factores, es un 250% mayor en la sanidad privada que en la pública. Y eso no ayuda al paciente; realizar una resonancia magnética lumbar cuando no está indicada, aumenta un 800% el riesgo de