V Convención de la Profesión Médica

V Convención de la Profesión Médica competencias transversales o genéricas. Y no solo que las adquieran, sino que las mantengan y actualicen. Nos referimos a diferentes habilidades, como las habilidades de gestión (gestión de proyectos, conocimiento financiero y mejora de procesos) o las habilidades de liderazgo (capacidad de incidir, involucrar, tomar decisiones, informar al equipo, ejecutar una tarea, dar retroalimentación, crear redes), o la mejor comprensión de todo el sistema/organización para apreciar no solo el propio trabajo (del médico), sino cómo funciona la globalidad del proceso asistencial, o la gestión de los actos profesionales, o la ética, o la comunicación, o los procesos de razonamiento clínico, o los valores del profesionalismo y la aplicación de los principios de las profesiones. Hasta la fecha, desgraciadamente, ni en el grado ni en la formación especializada ni en la formación continuada se han tomado en serio ni la enseñanza ni la evaluación de las competencias transversales o genéricas. No se trata de sustituir unas en detrimento de las otras, las genéricas por las específicas, sino de potenciar las segundas en base a la mejora de las primeras. La implementación de un proceso nuevo o el seguimiento de un proceso establecido debe seguir una serie de fases entre las que son inexcusables: 1) la planificación, 2) la evaluación del proceso, y 3) el control de calidad o la mejora del diseño (retroalimentación). Además, cada una de estas fases consta a su vez de elementos diferenciados. Así, la planificación consta de: 1a) un qué o para qué, 1b) un quién o con quién y 1c) un cómo o con qué. Por otro lado, la evaluación debe diferenciar diferentes elementos, como son: 2a) el docente, 2b) el discente, 2c) el proceso, 2d) la/s institución/es y 2e) el impacto.

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