V Convención de la Profesión Médica

V Convención de la Profesión Médica responsables de cada parcela por lo que pasa en la parcela de los otros periodos, no sea el caso de que “los otros” se interesaran por lo que “nosotros” controlamos. Si nos acercamos a una actividad docente, a una clase para médicos, de cualquiera de los niveles de grado, especializada o continuada, observaremos en un porcentaje escandaloso la presencia de un profesor hablando y unos alumnos tomando notas. A pesar del uso universal del formato PowerPoint, la similitud de las clases actuales con una clase de hace más de 100 años es más que notoria. Las nuevas metodologías docentes, las TIC, no son de interés si son para hacer lo mismo de siempre con un formato diferente; su interés radica en que permiten hacer cosas diferentes. Los procesos de formación y las nuevas metodologías de la información y la comunicación (TIC) han progresado y cambiado tanto los procesos de formación como han cambiado los conocimientos clínicos de cualquier especialidad médica. No deja de ser curioso que los conocimientos y procedimientos específicos hayan cambiado radicalmente –cirugía abierta versus laparoscópica–, mientras que seguimos enseñando las técnicas laparoscópicas con los mismos procedimientos docentes con que enseñábamos la cirugía abierta. Nadie ha puesto en duda la importancia de los conocimientos específicos de un médico, ni tampoco que estos conocimientos evolucionan y que, por tanto, es necesario actualizarlos. Los responsables de cualquier especialidad médica – Traumatología, Pediatría, Psiquiatría, etc.– investigan, evolucionan y mantienen actualizados a los profesionales que ejercen estas especialidades. Sin embargo, disponemos de información contrastada sobre la transcendencia de que los profesionales deben adquirir, además de las competencias específicas, las

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