V Convención de la Profesión Médica

V Convención de la Profesión Médica Fue magnifico comenzar esta Convención con un pasaje de la alocución del PAPA Francisco en la Audiencia que nos ofreció en Roma el pasado Junio, un gran regalo me dijisteis alguno. El regalo doble para mi primero, fue la posibilidad de saludar a un hombre, que como tal, es el más importante actualmente de la humanidad. Segundo, el regalo de poder dirigirme a el y de construir y entregarle la Carta de Identidad y Principios en nombre de las Organizaciones Médicas Latino iberoamericanos y el tercer regalo, haber logrado para todos ese importantísimo objetivo con la ayuda de dos compañeros aquí hoy reconocidos, Monseñor Carrasco en la Audiencia y Luis Angel Oteo que me ayudo a plasmar en papel los Principios de la Carta. Dirigirles a todos Vds. la palabra es un enorme privilegio como tantos otros que me habéis otorgado y hacerlo, sin duda, en el acto institucional más importante con el que termino mi larga etapa de responsabilidades en los cargos de Secretario General y Presidente del Consejo General de Colegios de Médicos durante 15 intensos años, precedidos de los 16 años de Vocal Nacional de Médicos Titulares y dos en el colegio de Toledo como vocal provincial es un motivo de altísimo orgullo, de felicidad y de satisfacción, un gran tesoro que me habéis permitido lograr. En una ocasión tuve la falsa sensación de que tras un dolor precordial “la cosa tocaba a su fin”. Tras constatar la falsa alarma se me ocurrió preguntarme “si consideraba que había hecho en mi vida lo que debía”. Y eso es lo que hare seguro, repasar el artículo 44 del código deontológico que establece con criterio amplio las obligaciones de cualquier directivo colegial. Creo que en cuanto a obligaciones hemos cumplido, en cuanto a trabajo y dedicación también. Errores seguros. Pero

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