V Convención de la Profesión Médica

V Convención de la Profesión Médica afectiva y compasiva, son parte sustantiva de los derechos esenciales y de la dignidad humana. Estos valores identitarios de nuestra profesión son concordantes con la misión y cultura de servicio a la sociedad, contribuyendo a satisfacer necesidades preferentes, fortalecer las actitudes de respeto y compromiso profesional, garantizar la calidad como prioridad asistencial, adecuar el servicio personalizado en función de necesidad y complejidad, perfeccionar las competencias esenciales, los métodos de aprendizaje y el trabajo colaborativo, impulsar la creatividad y la innovación en la gestión del conocimiento y promover una cultura de humanismo desde la ética y la responsabilidad social. Por todo ello, estos atributos de valor mencionados deben ser promovidos para hacer legitimable y sostenible el contrato social implícito entre la Medicina y la propia sociedad, evitando erosiones por: prácticas profesionales inapropiadas, corporativismos prepotentes, déficit de ejemplaridad en los comportamientos y actitudes, primacía de los intereses particulares frente al bien común, negación o falta de transparencia en el servicio, dejación o ambigüedad terapéutica, negligencia ante violaciones de los códigos deontológicos, incumplimiento de los principios bioéticos, ignorancia deliberada o voluntaria en la práctica habitual, existencia de conflictos de interés ocultos, trivialización en la gestión asistencial del consentimiento informado, ruptura de la confidencialidad o falta de humildad y sensibilidad en la práctica asistencial. La profesión médica se enfrenta a problemas no reconocidos previamente, como la práctica segura o la toma de decisiones compartida con los pacientes. Demasiados contratiempos e incertidumbres en la conciencia profesional, social y pública, porque los momentos actuales exigen nuevos enfoques y modelos de práctica asistencial

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