Mujeres pioneras en la Medicina

199 MUJERES EN LOS COLEGIOS OFICIALES DE MÉDICOS Una vida dedicada a los otros Adoración Benita Sáenz nació en Pipaona de Ocón (La Rioja) el 4 de enero de 1917. La Dra. Adoración se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza en 1949 y obtuvo también el título de matrona. La “carpintera”, como era apodada por la profesión de su padre, cambió el destino al que estaba llamada por ser mujer y provenir de una familia humilde influenciada por el médico de la localidad, don Adolfo, que enseguida percibió sus aptitudes y la vocación que no tardó en mostrar a fuerza de tesón. Si obtener una licenciatura universitaria constituía entonces toda una noticia para una mujer, ejercer su profesión merecía todos los titulares. Adoración lo consiguió. No sin esfuerzo logró su primer trabajo como médica interina en Nieva de Cameros, donde ejerció hasta julio de 1951. De allí pasó a El Villar de Álava hasta 1954, cuando se inscribió en el Colegio de Médicos de La Rioja. A partir de ahí su biografía fue escribiéndose por diferentes localidades de la comunidad. Primero en Ventrosa, donde ejerció como facultativa, compatibilizándolo también durante unos años con la plaza de Tirgo. De allí a Valgañón, más tarde Berceo, posteriormente en Herramélluri.Viajes en mula de pueblo en pueblo con la nieve azotando, pocos recursos y un afán de servicio infinito. Así era su día a día. El 27 de marzo de 1962 fue una de las fechas clave en su carrera. Ese día tomó por fin posesión como médica titular de Asistencia Primaria en Herramélluri. El Boletín Oficial del Estado recogió su nombramiento y las condiciones salariales de su puesto: 10 320 pesetas y dos pagas extras. La vida profesional de Adoración (“Doña Dora”, como la conocían todos sus amigos y pacientes) estuvo a partir de entonces fuertemente ligada a aquella localidad riojalteña y a Leiva. Obtuvo también el título de Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y consolidó una vocación que mantuvo hasta su fallecimiento, que tuvo lugar en marzo de 2006, cuando Adoración tenía 89 años. CSI-CSIF le rindió homenaje recordando su figura y trasladando una petición al alcalde de Pipaona: que una de las calles de la localidad lleve su nombre y el ejemplo de “Doña Dora” perviva. •

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