133 MUJERES EN LOS COLEGIOS OFICIALES DE MÉDICOS Primera mujer colegiada en el Colegio de Médicos de Burgos y en el Colegio de Médicos de Ceuta Antonia Castillo Gómez nació en Ceuta el 27 de noviembre de 1907 en una familia de propietarios y comerciantes acomodados. Su padre, Enrique Castillo Borrego, era propietario de una fábrica de conservas de pescados, y su madre, María del Valle, falleció en 1922 cuando Antonia solo tenía 15 años. El matrimonio tuvo cinco hijos. Estudió el Bachillerato en el Instituto de Cádiz, y el 28 de agosto de 1923, con tan solo 15 años, el Rectorado de la Universidad de Sevilla le expidió el correspondiente título. El desahogo económico de la familia permitió que Antonia se trasladase a Madrid para, en octubre de 1923, iniciar la carrera de Medicina. Con 20 años, en junio de 1928, la terminó. Durante el curso 1928-1929 aprobó las asignaturas del doctorado y el 2 de octubre de 1929 solicitó examinarse del grado de licenciatura, que obtuvo con sobresaliente. Regresó a Ceuta, donde fue la primera mujer colegiada, y al año siguiente, la Junta Municipal de la ciudad convocó una plaza de tocólogo municipal, a la que se presentó la Dra. Castillo junto a otros cuatro candidatos; en febrero de 1931 empezó el proceso de oposición, que ganó Antonia Castillo, hecho muy celebrado entre los ceutíes. Como médica de la Beneficencia Municipal debía atender a todas las mujeres carentes de recursos en sus embarazos, partos y enfermedades ginecológicas. Al año de tomar posesión solicitó de los regidores de Ceuta un año de permiso con sueldo para marchar a Berlín a perfeccionarse en su especialidad, que le fue concedido. Se reincorporó a su plaza el 4 de diciembre de 1933. En diciembre de 1935 pidió una nueva licencia de un mes por asuntos particulares, su boda, que celebró el 19 de diciembre. Se casó con Luis Abad Carretero, almeriense y catedrático de Filosofía en el Instituto Hispano-Marroquí. Cuando estalló la Guerra Civil, Luis tuvo que huir debido a su relación con el bando republicano. Durante la contienda, Antonia prosiguió con su labor asistencial, pero a finales de 1938, el Juzgado Instructor de Expedientes de Depuración de Funcionarios del Ayuntamiento de Ceuta dio comienzo a sus actuaciones sobre Antonia Castillo, que culminaron con la pérdida de su plaza de tocóloga municipal y la prohibición de ocupar cualquier otra en el Ayuntamiento de Ceuta. Cuando terminó la guerra, como no podía ejercer en Ceuta, pidió la baja en su Colegio de Médicos y se marchó a Burgos. El 30 de mayo de 1940 solicitó ser colegiada en la provincia y fue aceptada el 27 de julio, donde era también la primera mujer en hacerlo. Su única salida
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