Diagnostico de Género de la Profesión Médica

58 DIAGNÓSTICO DE GÉNERO DE LA PROFESIÓN MÉDICA También, en una entrevista, 12 la presidenta de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovas- cular (SECTCV) afirmaba: Parece como si el binomio mujer médico-niño lo siguiese comprando todo el mundo, mien- tras que el de mujer cirujano, sobre todo en algunas especialidades, como Urología o Traumatología, parece que sigue repeliendo socialmente. (…) parece más aceptado que una mujer sea pediatra, ginecóloga o médica de familia que no que te abra el corazón con un bisturí. A mí, que todo el mundo me conoce en el entorno de la Cirugía Cardiovascular, aún me cuestan que colegas de especialidades afines me vean como la presidenta de la sociedad científica y se siguen dirigiendo al vicepresidente. Y no es mala fe, ojo, es que no conciben que una mujer presida una sociedad quirúrgica. Además, en el entorno del paciente, y eso es más preocu- pante, todavía hay muchos que preguntan si soy yo, una mujer, quien va a operarles. Si en la elección profesional pueden tener un peso importante los estereotipos, en el acceso al em- pleo y su mantenimiento también hay factores in- fluyentes. Pueden ser los requerimientos respec- to a la movilidad, la intensidad o los horarios. Si 12 Diario Médico 8/03/2018. http://www.diariomedico.com/2018/03/08/area- profesional/profesion/el-genero-factor-irrelevante- en-la-eleccion-de-la-especialidad cualquiera de ellos cursa contra aspectos femini- zados, como por ejemplo el cuidado de hijos e hi- jas, se constituirán como barreras infranqueables. Del mismo informe citado anteriormente: La conciliación entre la vida laboral y la vida familiar constituye, todavía hoy, una fuente de conflicto que afecta la vida profesional y per- sonal de las distintas profesionales. Existen actualmente pocos mecanismos que puedan garantizar la continuidad profesional, espe- cialmente en épocas relacionadas con la ma- ternidad o cuando hay hijos pequeños o per- sonas dependientes en la familia. Los horarios laborales y la falta de flexibilidad constituyen otro de los problemas principales a la hora de conseguir compatibilizar las obligaciones familiares con las laborales. La actitud más frecuente es la renuncia de las oportunidades laborales en favor de la estabilidad familiar. En general, queda poco tiempo de dedicación per- sonal y la organización de los horarios resulta muy difícil de gestionar. Hay otras razones asociadas que condicionan las decisiones laborales como lo que se denomina “expectativa de sanción”, es decir, la desaproba- ción ante la elección de la sociedad, la familia o incluso, los propios compañeros y compañeras de profesión. Sentirse fuera de lugar, ser foco de atención o tener miedo al fracaso pueden frus- trar una carrera. Son causas en general, que ani- man a hombres y mujeres a desarrollar profesio- nes acordes a las expectativas de género ya que perciben —aunque no se haga consciente— que se reducen las dificultades para el acceso y el mantenimiento. Y de ese modo, se reproduce la segregación laboral. Pero, si bien es interesante analizar las causas, sobre todo para buscar en este caso, factores que condicionen la libre elección de especialidad, es casi más importante observar si se producen con- secuencias desfavorables. Una de ellas puede ser que la elección de una profesión con rasgos mas- culinos, impida la incorporación laboral de muje- res. De la misma entrevista con la Dra. Centella: Cirugía Cardiovascular es, en efecto, una es- pecialidad mayoritariamente masculina, y los residentes son también mayoría de hombres, pero el problema no es ése; el verdadero pro- blema es que cuando acaban y salen al merca- do laboral, en España, se contrata sobre todo a hombres. Yo soy la primera presidenta en la historia de la sociedad científica y la primera presidenta de la comisión de la especialidad, pero es que en España sólo hay una mujer jefa de servicio. Dichas consecuencias se pueden reflejar en des- igualdades en la remuneración o menores opor- tunidades laborales de promoción o de mante- nimiento del trabajo, pero también, sin duda, influyen en la productividad ya que intervienen en que no siempre las personas más preparadas accedan a los puestos de trabajo donde resultan más eficientes.

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