VALORES DEL MÉDICO 2021
31 NÚRIA TERRIBAS I SALA compartida con otros profesionales, no es un buen médico y falla en un elemento clave en la relación médico-paciente, como es la confian]a. La relación clínica se basa en la confian]a ( FoQ ides ) que deposita el paciente en él, creyendo que todo lo que compartirán quedará protegido y no a expensas de cualquiera. Es obvio que hoy en día trabajamos en equipo, con medios técnicos para compartir de forma ágil la información (historia clínica compartida, medios de e-salud, telemedicina, etc.), pero ello no obsta a que se tenga claro y presente el uso restringido de la información, el no compartirla con quien no sea agente implicado, el hecho de encriptarla protegiendo la identidad del paciente siempre que sea posible, entre otras cautelas. Un buen médico que respeta a su paciente en su dignidad y su autonomía debe ser también muy consciente de su deber de confidencialidad. Importancia en la persona/ profesional/sociedad Para un médico el respeto a la persona a la que atiende, en su dignidad y a su autonomía, es uno de los primeros deberes éticos y deontológicos a exigir, además de ser también un requerimiento legal. Nuestra sociedad tiene en alta consideración el sistema sanitario y a los médicos en particular como actores principales del mismo. Así, valora como muy importante los aspectos relacionados con el trato, la información y la toma en consideración de la opinión del SDFLeQWe y así lo demuestran las encuestas de satisfacción que se realizan, p.e. en Cataluña, y cuyos resultados son ¼tiles para identificar puntos débiles a mejorar. 7radicionalmente la figura del médico como profesión, junto con la de otros actores sociales importantes (maestro de escuela, jue], alcaldeɊ) era una de las más respetadas socialmente en las comunidades, especialmente en entornos rurales o pequeñas ciudades. En nuestros días, con el desarrollo de la medicina y de los modelos de atención, la masificación de la asistencia y la superespecialización, hemos caído en una cierta deshumanización de la medicina y en cierta manera, también en una pérdida de prestigio profesional. El médico ya no es muchas veces el referente para el paciente sino que tiene muchos referentes, según de qué proceso se trate, y en ocasiones ni siquiera es el médico en quien más confía el paciente. Es necesario recuperar ese Yínculo de confian]a mutua y de complicidad, desde una visión más centrada en el compartir y acompañar que en el tutelar o dirigir al paciente. La sociedad demanda del médico ese papel, desde el respeto a su persona y a su protagonismo en la toma de decisiones, y en esa tarea una figura clave debería ser el médico de familia. Implicaciones en el quehacer diario El ejercicio del respeto a la persona, a su dignidad y autonomía, debe estar presente en el día a día del médico, sea en la consulta, en el quirófano, en
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