VALORES DEL MÉDICO 2021
Al mismo tiempo, de forma genérica, se debe promover el mejor desarrollo profesional de todo médico. Todas ellas son acciones positivas que requieren activismo político para estimular el buen desarrollo profesional del médico. No se puede ser ajeno a la complejidad que representa implicarse en el proceso de la autorregulación médica. <a se ha e[puesto que no se trata de acusar, sino de buscar el mejor camino para poner remedio. No podemos perder de vista que el motor del proceso no es otro que el bienestar del paciente. El ‘acusica’ nunca ha tenido buena prensa y tampoco debe reivindicarse en este proceso. Los pasos que hay que dar, más o menos modulados por las diferentes circunstancias y por la gravedad de la situación concreta, seguirán siempre el mismo esquema genérico: primero hablar con el compañero y después, si no se resuelve el problema, se iniciarán otras acciones, ya sea consultar con el colegio o consultar con otros compañeros o superiores de su actiYidad clínica (el jefe de serYicio o el que corresponda). En ¼ltimo lugar, cuando han fracasado todas las vías, deberá ser la autoridad sanitaria, la dirección del centro, de la institución, etc., la que afronte el problema. Para todos los intervinientes, la cuestión no es sancionar al médico, sino ofrecerle con la mayor celeridad el mejor remedio posible. Tanto el médico como el colegio deben adquirir mayor visibilidad como defensores de la calidad de la atención sanitaria En este sentido, tanto el médico como la corporación (el colegio) deben adquirir mayor visibilidad como defensores de la calidad de la 192 atención sanitaria que prestan los médicos. No es cuestión sólo de la institución, de la gerencia, de la dirección, de la administración sanitaria, de los políticos. La cadena de la calidad empieza en el propio médico. Hoy las normas sobre el control de calidad han florecido en todas las instituciones. El concepto ‘control de calidad’ es ampliamente reconocido, defendido y aceptado. Sin embargo, el proceso de autorregulación, que no es más que una forma de ‘control de calidad’, no se visualiza con entusiasmo. Asumir esta responsabilidad no genera arrebato. Por ello, los responsables del colectivo, los colegios, deben trabajar en pro de que la implicación del médico en la autorregulación sea fácil, factible, no genere tensiones y demuestre que se buscan soluciones que satisfagan al médico, a la institución y siempre beneficien al paciente. Bibliografía Aristóteles. Metafísica. Madrid: Gredos; 1998. Aristóteles. Ética a 1icómaco. Madrid: ,nstituto de Estudios Constitucionales; 2002. Camps 9. Una Yida de calidad. Reʿe[iones sobre bioética. Barcelona: Crítica; 2001. Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Código de deontología médica. Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos; 2017. Cortina A. Valores morales y comportamiento social. En El siglo XX : mirando hacia atrás para Yer hacia delante. 3apeles de la )undación 2001; 60: 319- 5. Gual A, Monés J, coord. El buen quehacer del médico. 3 ed. Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos; 2017. Monés J. Manual de ética y deontología médica. Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos; 2012. 3erNs RW. Accounting and society. London: Chapman Hall; 1993. VALORES DEL MÉDICO
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