VALORES DEL MÉDICO 2021
19 valores, al ser esta una cuestión nuclear, todo el sistema sanitario se resiente. El médico es un referente moral lo quiera o no, por ello es crucial contar con referentes que emular. Un mal médico no lo es sólo porque no sabe la técnica, sino porque falla su persona. Se cuida con todo, se cuida con las técnicas y tratamientos, se cuida con las formas, las miradas, las palabras, las relaciones. Practicar los valores es un ejercicio de desarrollo y de autoconocimiento personal que al médico se le debe facilitar. Los valores tienen que encarnarse; y para practicarse tienen que respirarse en el ambiente. Los valores tienen que encarnarse; y para practicarse tienen que respirarse en el ambiente 1o es suficiente con la deontología profesional, porque los cambios son muy grandes y acelerados, y los pacientes, muy variados. Desarrollar una capacidad de empatía y de deliberación va a depender de la voluntad del médico, de la consciencia de pertenencia a la profesión, del encaje de su ejercicio en la organización donde preste sus servicios y de la sociedad donde ocurre todo ello. Hay que poner énfasis en la formación en valores de los médicos en la universidad, en las sociedades, y en las organizaciones donde va a ejercer. No hay médicos sin pacientes; ni pacientes ni médicos sin estructuras que permitan su encuentro. El médico no trabaja solo, necesita muchas estructuras y recursos que faciliten su labor (desde otros profesionales hasta equipos informáticos y técnicos). El médico hace sobre todo siendo. Por eso es importante subrayar que los valores, en círculo virtuoso y hermenéutico, son del médico, mas también de las instituciones que le acompañan. Porque se precisa toda una cultura Hace falta una cultura que vele por acompañar al médico en su proceso de llegar a serlo y en el proceso de que su ejercicio no lo corrompa En las facultades de medicina hemos introducido asignaturas de bioética, deontología y derecho. Mas no basta con la buena voluntad, ni siquiera con la vocación de médico o con impartir esas asignaturas. Hace falta una cultura que vele por acompañar al médico en su proceso de llegar a serlo y en el proceso de que su ejercicio no lo corrompa. La cultura sanitaria, tan gestionada, tan exigente, tan demandadora, puede que ponga en peligro esos supuestos, por eso era importante hablar de ellos y explicitarlos. Cuando hablamos de los valores, creemos que es un tema personal, de ética de la persona del médico. Sin duda lo es; pero depende del anclaje en la tradición y en la cultura de la organización. No se trata tampoco sin más de sentido común; este no deja de ser un sentido cultural que se forja en una comunidad que trasmite capacidad refle[iYa y deliberativa. Como la formación del carácter de los médicos es una formación en virtudes y ésta depende de BEGOÑA ROMÁN MAESTRE
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