VALORES DEL MÉDICO 2021

157 MÀRIUS MORLANS MOLINA dicha práctica no puede ser una mera cuestión individual ni de que las leyes sean el instrumento adecuado. Incorporarse a un colectivo que tiene el afán de regular la práctica profesional cuando aspira a la excelencia sólo puede ser el fruto de una decisión libre. En esta decisión individual se sustenta la fuerza moral del compromiso colectivo Incorporarse al colectivo profesional organizado, el colegio, supone asumir una doble responsabilidad: aceptar la eYaluación del ejercicio individual por los propios colegas y participar en la elaboración de las normas que permiten evaluar dicho ejercicio. En ese doble compromiso reside la función primordial de los colegios profesionales: elaborar los principios y las normas que deben regir el recto ejercicio y velar por su cumplimiento. ,dentificar los principios y las normas de conducta de un colectivo no es tarea ni fácil ni vana. Se deben afrontar las reticencias propias del pensamiento posmoderno de corte nihilista en que se basa la supremacía de los valores indiYiduales, los de la afirmación personal y de la autorrealización por encima de los valores comunitarios, de los que ayudan a ordenar la vida en sociedad. Se cuestiona la posibilidad de fundamentar unos principios éticos de ámbito universal y se relativiza, así, el concepto y el criterio de Yerdad. < hay que partir de esa percepción, de que no hay una única verdad, para poder poner de acuerdo las diferentes convicciones morales que conviven en una sociedad abierta. El respeto por las personas es el principio que rige todo proceso de deliberación colectiva para identificar unas normas de conducta. El dialogo entre ‘extraños morales’, entre quienes no comparten el mismo sistema moral de referencia, es un reto para los que sí que comparten una misma profesión. Es un reto, a la vez, intelectual y moral, que somete las convicciones propias a la prueba de la consistencia y la coherencia. Hay actitudes, como la misma voluntad de pertenecer al colectivo, que propician el diálogo y el consenso. El interés intelectual por el pensamiento ajeno como muestra de respeto por el otro y un cierto distanciamiento de los propios principios y valores personales facilitan el procedimiento para alcanzar el consenso. Otra precaución es la de evitar caer en el reduccionismo cientificista de creer que la información obtenida sobre los resultados de las intervenciones médicas basta para regular la buena práctica. Conocer la eficacia y la efectiYidad de los instrumentos no es garantía de su buen uso. < ello es especialmente releYante en las cuestiones de la asistencia al principio y al final de la vida. Las recomendaciones colectivas consensuadas deben ser ejercidas con prudencia, en el sentido aristotélico del término, esto es, como la capacidad de optar por las decisiones más razonables, entendiendo como tales las más adecuadas a las circunstancias. < de acuerdo con este contexto de autonomía, respeto y prudencia, el compromiso colectivo con las normas de conducta debe incluir la objeción de consciencia cuando la conducta exigida al profesional es contraria a sus convicciones. Así se protegen los derechos de quienes están en minoría y se evita la imposición coercitiva de la mayoría.

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