Enfermar es humano

ENFERMAR ES HUMANO: CUANDO EL PACIENTE ES EL MÉDICO Cátedra de Profesionalismo y Ética Médica. Universidad de Zaragoza • Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA)-IIS Aragón 92 tos en diferentes servicios y son capaces de autogestionar una parte importante del proceso diagnóstico. Sin embargo, los médicos que no trabajan en hospitales, como los médicos de familia inician el proceso diagnóstico de una forma más progresiva. Se automedican más y acceden a la atención especializada cuando ya no son capaces de automanejar el problema o bien precisan de pruebas complementarias que no pueden solicitarse. La situación del proceso diagnóstico es diferente cuando eres MIR o médico especialista en activo o jubilado. Los MIR y los médicos especialistas en activo tienen acceso a los recursos hospitalarios. En el hospital todo el proceso diagnóstico se hace más rápido gracias a los contactos y relaciones previas entre distintos profesionales. Entre los médicos jubilados por su parte podemos diferenciar aquellos recién jubilados de los que llevan más años jubilados. Así los recién jubilados se asimilan a los médicos especialistas en activo ya que mantienen contactos en el hospital, mientras que los de más años de jubilación se encuentran perdidos. Aquellos que se han vinculado a un médico de familia, descubren que éste les va a resolver sus problemas de salud con las pruebas y los tratamientos que correspondan de la manera más ágil posible. Sin embargo, muchos médicos jubilados reconocen no conocer a su médico de familia, ya que no han recurrido a él durante su etapa de médico en activo en hospitales. ”Cuando te jubilas estás acostumbrado a no acudir al médico de cabecera y no, si no ir al especialista y saltarte unos pasos y cuando te jubilas haces lo mismo pero la diferencia es que ya no conoces a mucha gente…suelen buscar un contacto para hacer lo que hacían antes.“ (GF-4) Otro tema relevante en cuanto a los médicos jubilados es la capacidad de prescripción. En general es bien aceptado que los jubilados recientes mantengan la capacidad de hacer recetas. ” A mí me parece bien. No pierdes tus capacidades, otra cosa es 20 años después (de jubilarte) porque igual ya no te acuerdas mucho.” (GF-4) Hay quien propone un plazo de 10 años tras la jubilación, para poder mantener la capacidad de prescripción, y apelan al juicio y sentido común, estableciendo un símil con la capacidad para conducir: ” Si no te actualizas igual la vas a cagar…ahora cambian mucho los estudios…” (GF-4) El seguimiento del proceso de enfermar de los médicos es menos reglado en general, con más dificultades de cumplimiento. Pasado el diagnóstico inicial o la intervención aguda, el médico enfermo vuelve a tomar las riendas de su proceso estableciendo la frecuencia de sus revisiones supeditada a su propia agenda, y proponiendo él mismo en ocasiones los cambios terapéuticos que considera más oportunos, siendo labor del médico de médicos mostrarse más flexible y permisivo que con los demás enfermos. Por lo general, es el médico enfermo quien decide cuándo volver a revisión, cuándo para un tratamiento, o cuándo coger el alta médica. “Yo me adapto, me adapto al seguimiento que pide el, el médico enfermo…Yo creo que en general somos poco cumplidores, no seguimos lo que nos marca, hacemos lo que queremos.” (GF-4) Los médicos de médicos son seleccionados por los propios médicos enfermos. En general, son profesionales especialistas hospitalarios de la especialidad relacionada con su problema de salud y que el médico enfermo selecciona por amistad o por su accesibilidad y amabilidad en el trato. A la hora de recurrir a un compañero prima el poseer conocimientos no solo técnicos, sino también recursos sociales y buen estatus relacional con otros profesionales, lo cual les permite ser ágiles y resolutivos. El objetivo es convertirse en un facilitador del proceso diagnóstico. Los médicos de médicos reconocen que su mejor cualidad es la de ser flexibles a las peticiones de sus compañeros enfermos. Por ejemplo, aceptando solicitar las pruebas diagnósticas que les plantean, facilitando una rápida realización y gestionando con premura otras intervenciones necesarias. En principio, no consideran necesaria la formación específica en el manejo del médico enfermo. Sin embargo, consideran imprescindible tener experiencia clínica y una actitud de acogida empática y adaptabilidad. Sin embargo, una vez realizado el diagnóstico e instaurado el tratamiento inicial, bien cirugía, fármacos, etc. el seguimiento se hace más complejo. El médico de médicos se adapta a las propuestas de seguimiento del compañero enfermo. En general, está dispuesto a aceptar cambios en las estrategias de tratamiento que el médico enfermo les sugiera, de tal forma, que consigan una mejor adherencia al mismo. Sin embargo, reconocen que les gustaría poder realizar un seguimiento más organizado y saber cuándo es necesario “ponerse firme” para que las cosas no vayan mal. Los médicos de médicos están de acuerdo en que el trato a compañeros debe ser deferente, pero no diferente. Todos coinciden en que la mejor forma de tratar al ME es normalizar su asistencia respecto al resto de los pacientes. Un trato displicente hacia el ME puede hacer que las cosas vayan mal (Síndrome del recomendado). El exceso de empatía genera menor objetividad y una asistencia a veces menos protocolizada que da lugar a más errores diagnósticos y terapéuticos. Y señalan la necesidad de tratar al médico según nuestros conocimientos, no según nuestros sentimientos. ”Me angustia ¿eh? Tener un compañero enfermo… enfermo de verdad me refiero…emocionalmente no es lo mismo.” (GF-4)

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