ENFERMAR ES HUMANO: CUANDO EL PACIENTE ES EL MÉDICO Cátedra de Profesionalismo y Ética Médica. Universidad de Zaragoza • Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA)-IIS Aragón 39 cos, siendo habitual que el médico-familiar acuda como acompañante de su allegado y participe en el proceso de atención, distinguiéndose dos tipos de actitudes: Respeto hacia los colegas médicos que atienden a su familiar y colaboración en el proceso, bien informando de forma más técnica y específica sobre los antecedentes o la enfermedad actual o bien facilitando la colaboración de su familiar. Desconfianza hacia los colegas, advertencias sobre su estatus y elevada exigencia respecto a la atención que recibe su familiar. Estas actitudes con frecuencia generan incomodidad y rechazo por parte del médico que les atiende, especialmente si es un MIR y tiene que enfrentarse a un médico más experimentado. Los MIR entrevistados también opinan sobre cómo se han sentido acudiendo ellos como familiares o acompañantes de pacientes. En al menos dos casos se comenta que a menudo el médico deja de centrar la atención en su familiar, es decir, en el paciente, para prestarles más atención a ellos por ser médicos. La información proporcionada pasa a ser mucho más técnica, impidiendo que el paciente la comprenda adecuadamente. Durante el análisis hemos denominado esta situación como crisis de interlocutor. “Cuando he ido con mi padre se dirigían más a mí o me lo contaban todo de forma más técnica, en lugar de dirigirse a mi padre y contarle las cosas pues con un lenguaje más coloquial y que él lo entendiera […] Si vas como acompañante del enfermo, si saben que tú eres médico, la relación médico-paciente se rompe” (11-008: 148 - 148) Impacto en la familia Entre los entrevistados existen dos posturas opuestas respecto al impacto que la enfermedad del residente tiene sobre sus familiares. Lo más habitual es que el residente comunique desde el inicio su problema de salud a su familia y que esta le acompañe a lo largo de todo el proceso. Sin embargo, en algunos casos (en concreto en dos de los entrevistados) el MIR decide mantener a su familia al margen por sentir que van a influir negativamente en el proceso, por ejemplo, transmitiéndole su ansiedad y preocupación, o por no considerar tan grave su problema de salud como para precisar ayuda de sus allegados. Rol del médico-paciente en la familia: Según los datos obtenidos en las entrevistas, el MIR en muchos casos es percibido por su familia como “el que sabe”, lo que hace que su reacción ante la enfermedad se tome como referencia para interpretar cuál es el pronóstico. Si el MIR-paciente es consciente del impacto que su actitud ante la enfermedad puede tener sobre sus familiares, puede intentar aparentar ante ellos menor preocupación de la que en realidad siente. “Para los que tienes alrededor eres un poco el pilar de referencia porque tú eres el enfermo, pero además eres médico. Entonces si ellos ven que estás bien, les cuesta digerirlo, pero les cuesta menos…” (11-005: 26 - 26) Además, el rol que el médico-paciente desempeña dentro de su grupo familiar es importante en algunos casos en la toma de decisiones respecto a su enfermedad. Como ya se ha comentado en otros apartados, si su sueldo es el principal sustento económico de su familia, el MIR puede ser más reacio a solicitar la baja laboral. Estar separado de la familia: No es infrecuente que un médico haga su residencia fuera de su lugar de origen, ya sea por su propio deseo o condicionado por el número de orden obtenido en el examen MIR. Por otra parte, a veces no lleva el suficiente tiempo en su nuevo destino como para haber establecido una red social al margen de sus compañeros MIR y sus tutores. En cualquier caso, esta situación hace que muchos residentes se encuentren alejados de su familia y amigos más cercanos en el momento en que enferman, lo que genera sentimientos de soledad para el paciente. Por otra parte, la familia suele vivir la enfermedad con mayor preocupación al no encontrarse junto al paciente y a menudo se trasladan con él en cuanto es posible. Esta situación de soledad y cierto aislamiento ha de ser tenida en cuenta como un factor que puede empeorar los problemas de salud o dificultar su tratamiento. En el grupo focal con tutores MIR también se abordó esta cuestión. Una de las participantes comenta que los residentes originarios de otros países suelen establecer
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