ENFERMAR ES HUMANO: CUANDO EL PACIENTE ES EL MÉDICO Cátedra de Profesionalismo y Ética Médica. Universidad de Zaragoza • Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA)-IIS Aragón 29 recibirá la formación pertinente una vez que se recupere o se estabilice su enfermedad. Existe el riesgo de que, debido a esa preocupación o miedo a perder formación, el MIR descuide su salud o altere el curso del proceso una vez que está enfermo. Preocupación por el impacto laboral o formativo: En los MIR es muy frecuente que aparezca importante preocupación por cómo afectará su enfermedad al proceso formativo, a veces valorándose este aspecto como más importante que la propia salud. En ocasiones esa preocupación por el impacto sobre la formación puede llevar a tomar decisiones inadecuadas como adelantar la reincorporación laboral más de lo indicado médicamente. “La sensación que yo tenía en el momento era de pérdida de tiempo total, ehh, y que mi formación se iba a reducir claramente” (11-001: 38 - 38) “Ese es mi gran dilema, más allá incluso de mi salud propia, es saber laboralmente cómo va a repercutirme” (11-007: 19 - 19) “Es cierto que cuanto antes quería volver por no perder formación” (11-004: 38 - 38) Año de residencia: Desde el principio del diseño del estudio, al escoger los perfiles iniciales, se tuvo en cuenta el momento de la residencia en que apareció o se agudizó la enfermedad (distinguiendo si era más cerca del inicio o en la parte intermedia y final) como un factor que puede influir en el proceso de enfermar. Efectivamente, de los resultados obtenidos se deduce que existen algunas diferencias sustanciales entre los MIR de primer o segundo año y los MIR que se encuentran en la segunda mitad de la residencia. Se ha observado que cuando la enfermedad aparece al inicio de la residencia, el médico residente tiende a dirigirse a los circuitos de atención habituales, quizá por desconocimiento de los circuitos alternativos o por disponer de menos contactos a los que consultar de manera no reglada. Sin embargo, cuando se da esa circunstancia, suele aparecer la figura del médico con más experiencia, habitualmente el tutor del residente o el adjunto con el que rotaba en ese momento, que guía al residente por los circuitos de atención informales o alternativos, de tal manera que lo inicia en una manera de actuar común entre los profesionales médicos. Esta cuestión ha aparecido reflejada tanto en las entrevistas individuales a residentes como en el grupo focal con tutores. Se ha denominado “aprendizaje de conductas de grupo” en el análisis cualitativo. Los tutores y responsables de unidades docentes reconocen que en ocasiones asumen el papel de médico en lugar del de tutor o asesor. “Conforme me hice el TAC mi adjunta de Medicina Interna ya me tenía medio apalabradas otras, eh… El resto de pruebas, según lo que saliera” (11-005: 14 - 14) “El adjunto con el que estaba rotando en ese momento, con el que tengo muy buena relación, llamó él mismo, aún no me habían adjudicado neumólogo y llamó él mismo a una neumóloga de confianza, que es la que me atendió, pidiéndole por favor que si me podía ella llevar y así fue” (11009: 90 - 90) Este mismo fenómeno aparece en el caso de una residente cuya enfermedad se diagnosticó por primera vez siendo estudiante de medicina. En ese caso fue su tutor de prácticas quien actuó saltándose los circuitos habituales y dirigiéndola directamente al especialista. “Estaba rotando en otorrino, curiosamente, y se lo comenté a él, y el otorrino sí que me hizo directamente una hoja de colaboración de interconsulta para los endocrinos” (11-006: 33 - 33) También se ha observado en las entrevistas que los médicos residentes de primer y segundo año muestran una mayor confianza en los médicos que les atienden. Esos MIR en ninguno de los casos solicitaron una segunda opinión o buscaron información por otros cauces. Los MIR en la segunda mitad de la residencia parecen mostrar más similitudes con los médicos con más años de experiencia, en cuanto a la búsqueda de circuitos de atención no convencionales y el uso de sus contactos personales para acceder a pruebas o consultas. A pesar de que lo habitual es expresar confianza en sus médicos y evitar buscar información u opiniones externas, los casos en los que esto sucede corresponden siempre a MIR a partir del tercer año de formación especializada. Tratamiento condicionado por el trabajo: Uno de los entrevistados refiere que decidió el momento de una intervención quirúrgica programada en función de cómo interferiría en su formación. También se planteó como un factor importante el impacto que la baja laboral podía tener sobre el resto del Servicio. “Me recomendaron operarme y no demorarlo demasiado, sobre todo para que me pillara lo más joven posible para no perder las rotaciones más importantes de R mayor […] Consulté cuándo creía que iba a ser el mejor momento, tanto para mi formación como para el Servicio…” (11-006: 13 - 13) Otro de los entrevistados expresa sus dudas sobre la conveniencia de operarse en un momento u otro, teniendo en cuenta como factor fundamental la situación de estabilidad laboral.
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