ENFERMAR ES HUMANO: CUANDO EL PACIENTE ES EL MÉDICO Cátedra de Profesionalismo y Ética Médica. Universidad de Zaragoza • Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA)-IIS Aragón 150 Además, se recomienda que el médico que trata no conozca a los pacientes, ya que se pierde objetividad en el manejo del paciente. Sin embargo, de la experiencia de los médicos de médicos y de los médicos enfermos se concluye que el médico de médicos es elegido por el médico-paciente directamente. Así mismo, se propone la creación de un teléfono de ayuda al médico enfermo atendido por especialistas. Se sugiere que estas consultas sean formales con un seguimiento establecido, puesto que las consultas informales o los favores a colegas corren el riesgo de valorar con menos profundidad y más rapidez, y no garantizan el seguimiento adecuado. Algunos médicos solicitan mayor liderazgo por parte de los Servicios de Salud Laboral con revisiones anuales, como en el resto de empresas, o una mutua específica para los colegiados, que valore tanto la salud del médico como la adaptación al puesto de trabajo. Algunos proponen que sea un servicio ajeno al hospital, para garantizar la confidencialidad. También se propone una evaluación psicológica de los profesionales sanitarios, que facilite la detección precoz de problemas. Los Médicos de Médicos (MdM) Los MdM resumen las recomendaciones para el manejo del médico enfermo en una sola frase: “Dar un trato deferente, pero no diferente.” El 41,30% (40,04% hombres, 42,24% mujeres) de los médicos que han sido pacientes sienten que ha recibido el mismo trato que el resto de los pacientes y que su condición de médico no ha influido en su atención. El resto opina que el hecho de ser médico ha modificado el trato recibido, tanto de una manera beneficiosa, el 48,58% (52,48% hombres, 45,63% mujeres), como perjudicial, el 10,12% (12,12% mujeres, 7,48% de hombres). En cualquier caso, se recomienda que estas consultas sean siempre formales con un seguimiento establecido, puesto que las consultas informales “de pasillo “o los favores a colegas son de alto riesgo y no garantizan el seguimiento adecuado. Hay alguna propuesta recomendando que el MdM no tenga una especial relación previa con el médico-paciente para garantizar una mayor objetividad. Sin embargo, la experiencia mayoritaria de los MdM es que el MdM es elegido por el médico-paciente directamente. Es decir, los médicos enfermos buscan a determinados compañeros para que les atiendan. Así mismo, se propone la creación de un teléfono de ayuda al médico enfermo atendido por especialistas, como una iniciativa apoyada desde los colegios de médicos. El 60,82% de los profesionales (62,22% hombres, 59,76% mujeres), prefieren que el médico se identifique como tal al ser atendido por un compañero. Esta preferencia aumenta conforme aumentamos en edad; así lo considera el 42,78% de los MIR (40,21% de hombres y 43,73% de mujeres), el 61,59% de los activos (61,65% de hombres y 61,55% de mujeres) y el 68,74% de los jubilados (70,54% de hombres y 63,85% de mujeres). Por otro lado, el 59,01% de los médicos tratarían a sus colegas como lo hacen con cualquier otro paciente. Conforme se aumenta en edad y en experiencia, los médicos se van sintiendo más cómodos atendiendo a colegas. Sin embargo, el 17,83% de los médicos (14,96% de hombres y 20% de mujeres) se sentiría incómodo al tratar un colega, por no saber cuánta información es conveniente dar, y sintiéndose como si estuviera haciendo un examen. Estas situaciones son más frecuentes en mujeres que en hombres, y en los más jóvenes, habiendo diferencias estadísticamente significativas en los MIR y en activos. No obstante, el 84,04% de los médicos (90,04% de hombres y 79,88% de mujeres) se siente preparados para atender a un colega enfermo frente al 15,74% (9,96% de hombres y 20,12% de mujeres) que se siente poco preparados. En todos los casos, los hombres se sienten más preparados, habiendo diferencia estadísticamente significativa entre géneros en todos los grupos excepto en los MIR. A pesar de sentirse preparados, el 73,26% de los médicos está de acuerdo con que los médicos deberían ser tratados por médicos formados para tal misión. No hay diferencias en cuanto edad ni género. La gran mayoría de los médicos, el 90,44%, considera que deberían existir unidades especializadas para médicos con problemas de salud que comprometen el ejercicio profesional (88,86% de hombres y 91,63% de mujeres). En general, esta opinión es más frecuente en mujeres, con diferencias estadísticamente significativas. La actuación de los médicos que advierten que un colega tiene algún problema de salud que puede afectar en su ejercicio profesional es significativamente distinta dependiendo de si es hombre o mujer. El 57,47% de los médicos tendrían dudas sobre cómo actuar, (mujeres 65,22%, hombres 47,26%). Mientras que el 41,23% se lo dirían directamente al compañero (51,78% de hombres y 33,22% de mujeres). No obstante, la mayoría de los médicos, el 88,12% (87,08% de hombres y 88,90% de mujeres) opina que es un superior quien tiene que abordar los problemas de salud de los colegas.
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